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A pocos kilómetros de Budapest, se encuentra una de las excursiones más fascinantes que puedes hacer: la Curva del Danubio. Este tramo del río ofrece paisajes espectaculares y pueblos cargados de historia, siendo Visegrád una de sus paradas imprescindibles. Es el plan perfecto para escapar del bullicio de la ciudad y sumergirse en el pasado medieval de Hungría.
El principal atractivo de Visegrád es, sin duda, su imponente castillo. Esta fortaleza, que se alza sobre una colina, no solo fue una residencia real, sino también un punto estratégico de defensa. Desde sus murallas, se obtienen unas vistas panorámicas inigualables de la Curva del Danubio, una imagen que se queda grabada en la memoria. Explorar sus ruinas te transportará a una época de reyes y caballeros, descubriendo la rica historia que albergan sus piedras.
Además del castillo, en Visegrád se puede visitar la Ciudadela, que ofrece una reconstrucción de la vida medieval, y los restos del Palacio Real renacentista, uno de los más suntuosos de su tiempo. La combinación de historia, naturaleza y vistas espectaculares convierte a esta excursión en una experiencia completa y muy recomendable para cualquier viajero que visite Budapest.