En la ladera sur del monte Gellért, justo frente al bullicio del Puente de la Libertad y el famoso Balneario Gellért, se esconde uno de los secretos mejor guardados de Budapest: la Iglesia Rupestre (Sziklatemplom). No es una iglesia convencional; es un lugar de culto único, una pequeña iglesia que fue literalmente excavada y construida dentro de una cueva natural. Visitar este templo es sumergirse en una atmósfera de misticismo y en una historia fascinante de fe, persecución y renacimiento que abarca casi un siglo.
La Iglesia Rupestre de Budapest ofrece una experiencia completamente diferente a las grandes basílicas y sinagogas de la ciudad. Su entrada, custodiada por un monje de piedra, invita a descubrir un mundo subterráneo. La Gellért Hill Cave fue transformada en un santuario que aprovecha la caverna natural para crear un espacio de oración y reflexión. Su historia, marcada por la devoción de la Orden Paulina y la brutal represión del régimen comunista, convierte a esta iglesia en un poderoso símbolo de la resiliencia de la fe en Hungría.
Una imagen de la entrada a la Iglesia de la Roca
La historia de la iglesia es tan dramática como su entorno. Lo que comenzó como un proyecto devocional a principios del siglo XX se convirtió en un objetivo para la supresión religiosa.
La cueva principal fue habitada en el pasado por un ermitaño, San Iván, quien utilizaba las aguas termales cercanas para curar a los enfermos. Siglos después, en 1926, un grupo de monjes de la Orden de los Padres Paulinos (la única orden monástica fundada en Hungría) tuvo la idea de crear aquí un santuario, inspirada en su visita al santuario de Lourdes en Francia.
Bajo la dirección del arquitecto Kálmán Lux, la original iglesia se consagró en 1931, y en 1934 se añadió un monasterio de estilo neorrománico junto a la entrada. La iglesia se convirtió rápidamente en un popular lugar de peregrinación.
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La etapa más oscura para la iglesia llegó con el régimen comunista. En 1951, en plena represión religiosa, el gobierno comunista prohibió el culto, asaltó el templo y el monasterio, arrestó a los monjes paulinos y la iglesia y tapió su entrada con un grueso muro de hormigón. La iglesia permaneció cerrada y olvidada durante casi cuatro décadas.
No fue hasta la caída del comunismo que la iglesia pudo renacer. El muro fue derribado y la iglesia fue reconsagrada el 27 de agosto de 1989. Los monjes paulinos, muchos de ellos exiliados en Polonia, pudieron regresar y retomar su labor.
Al visitar la Iglesia Rupestre, se recorren diferentes salas y capillas excavadas en la roca de la colina. La temperatura se mantiene constante durante todo el año, creando un ambiente fresco y solemne.
<img src="https://cdn.prod.website-files.com/673a573180570e7cba7c7f1f/689dd9913f51f1f028790d27_iglesia-cueva-interior-budapest.webp" class="blogbodyimage" alt="Una foto del interior De la Iglesia en la Roca mientras se está oficiando una misa"><p style="margin:auto; text-align:center;">Una foto del interior De la Iglesia en la Roca mientras se está oficiando una misa</p>
La parte principal de la iglesia ocupa la cueva original de San Iván. Las paredes son de roca natural y el espacio, aunque no es grande, está lleno de detalles. Se pueden admirar diversas tallas y altares. El monasterio adyacente, aunque no está abierto al público en su totalidad, forma parte integral del complejo.
Dentro de la iglesia destaca una copia de la Virgen Negra de Czestochowa, un icono muy venerado en Polonia, país que acogió a la orden durante el exilio. También es muy emotiva la pintura de San Kolbe, un monje polaco y mártir que se ofreció a morir en lugar de otro prisionero en el campo de concentración de Auschwitz.
La ubicación de la Iglesia Rupestre de Budapest es muy céntrica y fácil de encontrar.
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La iglesia está abierta a los visitantes todos los días, pero los horarios pueden variar. Generalmente cierra durante la celebración de las misas. Es recomendable consultar su sitio web oficial antes de visitarla para confirmar los horarios del día.
Sí, para visitar la iglesia como turista hay que comprar una entrada. El precio es asequible e incluye una audioguía en varios idiomas (incluido el español) que explica la historia y los detalles del lugar. El acceso es gratuito para los fieles que acuden a los servicios religiosos.
Normalmente se permite hacer fotografías sin flash en el interior, pero siempre se debe ser respetuoso, ya que es un lugar de culto activo. Durante las misas, está prohibido tomar fotos.
La Iglesia de la Cueva es solo una de las muchas joyas, algunas conocidas y otras secretas, que te esperan en Budapest. Si quieres descubrir la ciudad de la mano de guías locales expertos que te contarán la historia detrás de cada rincón, no te pierdas nuestros Free Tours en Budapest. ¡Tenemos la ruta perfecta para ti!
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