¡Hola, futuro explorador de Budapest! Cuando paseas por una ciudad, ¿te has fijado alguna vez en los números? A veces, una simple cifra puede contarte una historia increíble, un secreto a voces que conecta edificios, fechas y tradiciones. En Budapest, ese número es el 96. No es una casualidad, es una obsesión. Lo verás en lo más alto del cielo de la capital húngara y en lo más profundo de su subsuelo. Hoy vamos a jugar a los detectives y a desvelar por qué el número 96 es tan sumamente importante en la historia de Hungría.
Cuando vengas de viaje a Budapest, te darás cuenta de que dos edificios dominan el horizonte de la ciudad: el majestuoso Parlamento de Budapest a orillas del Danubio y la imponente Basílica de San Esteban en el corazón de Pest. Son espectaculares, pero lo más curioso no es solo su belleza, sino su altura. Ambos miden exactamente 96 metros. ¿Coincidencia? ¡Para nada! Este es solo el principio del misterio del número 96, una cifra que nos llevará desde la fundación de Hungría hasta su primer metro. ¡Acompáñame!
Una imagen de la fachada de la Basílica de San Esteban
El skyline de Budapest tiene un pacto, una ley no escrita que se convirtió en norma: nada puede ser más alto que el poder del pueblo y la fe. Por eso, los dos edificios más altos de Budapest son el Parlamento húngaro y la Basílica de San Esteban, ambos con una altura de 96 metros.
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No podemos hablar de Budapest sin mencionar su increíble Parlamento. Es una obra maestra de estilo neogótico que te deja sin palabras. Para que te hagas una idea de su magnitud, es el tercer parlamento más grande del mundo. ¡Ahí es nada! Su construcción fue una obra faraónica que duró casi 20 años, desde 1885 hasta 1904, y en la que se usaron 40 millones de ladrillos.
Pero vamos a lo que nos interesa: su cúpula. La espectacular cúpula del Parlamento de Budapest mide 96 metros de altura, dominando la orilla del río Danubio. Este número no fue elegido al azar. Representa el año 1896, cuando se celebró el milenio de la llegada de los húngaros a esta tierra. Además, como curiosidad extra, la escalera principal del edificio del Parlamento tiene exactamente 96 escalones.
<img src="https://cdn.prod.website-files.com/673a573180570e7cba7c7f1f/680cf84350b560d2048d5376_parlamento-fachada-dia-budapest1.webp" class="blogbodyimage" alt="La fachada del Parlamento de Budapest"><p style="margin:auto; text-align:center;">La fachada del Parlamento de Budapest</p>
Justo enfrente, en el centro de Budapest, se alza su contraparte espiritual: la Basílica de San Esteban. Es la iglesia más grande de Hungría y está dedicada a su primer rey, San Esteban (Szent István en húngaro), quien fue coronado en el año 1000 y unificó a las tribus magiares bajo el cristianismo.
La construcción de la basílica también fue una odisea que duró más de 50 años. Y, como no podía ser de otra forma, su cúpula alcanza, milimétricamente, los 96 metros de altura. La Basílica de San Esteban no es solo un templo, es el guardián de la reliquia más sagrada del país: la Santa Diestra, la mano derecha momificada del rey Esteban.
<img src="https://cdn.prod.website-files.com/673a573180570e7cba7c7f1f/680cf3ec9f546840cd53460e_basilica-san-esteban-exterior-fachada-budapest.webp" class="blogbodyimage" alt="La imponente Basílica de San Esteban"><p style="margin:auto; text-align:center;">La imponente Basílica de San Esteban</p>
Que los dos edificios más importantes de la capital de Hungría tengan la misma altura es un mensaje muy potente. Simboliza el equilibrio perfecto entre el poder terrenal y político (el Parlamento de Hungría) y el poder espiritual y religioso (la Basílica). Es una declaración de intenciones hecha arquitectura: en Hungría, ninguno de los dos poderes está por encima del otro. De hecho, una ley local prohíbe que en Budapest se construya cualquier edificio que supera los 96 metros.
Ahora te preguntarás, ¿de dónde viene toda esta fijación con el 96? Para entenderlo, tenemos que viajar muy, muy atrás en el tiempo, hasta el año 896.
Esta fecha es el pilar de la historia húngara. Fue en el 896 cuando las siete tribus magiares, lideradas por el príncipe Árpád, cruzaron los Cárpatos y se asentaron en la llanura Panónica, lo que se conoce como la "conquista del reino de Hungría". Este es, para los húngaros, el nacimiento de su nación. Por lo tanto, el número 896 es la piedra angular de su identidad. El número 96, al final, es un eco constante de ese momento fundacional.
Si el 896 fue el comienzo, el 1896 fue la gran celebración. En ese año, Hungría celebró por todo lo alto el milenio de la nación, los 1000 años de la llegada de los magiares. La ciudad se vistió de gala con la Exposición del Milenio y, para la ocasión, se construyó algo revolucionario: el Metro de Budapest.
La línea M1 (la de color amarillo) no es un metro cualquiera. Es el primer ferrocarril subterráneo de la Europa continental y el segundo más antiguo del mundo, solo por detrás del de Londres. Se construyó en un tiempo récord para conectar el centro de la ciudad con el Parque de la Ciudad, donde se celebraba la exposición. Su inauguración en 1896 fue un homenaje a ese milenio, uniendo de nuevo el presente con el año 896 y consolidando para siempre la importancia del número 96 en el ADN de Budapest.
<img src="https://cdn.prod.website-files.com/673a573180570e7cba7c7f1f/6857b00ab51eba837a3424e1_linea-1-metro-coche-budapest.webp" class="blogbodyimage" alt="Una imagen del interior de la Línea 1 de metro de Budapest"><p style="margin:auto; text-align:center;">Una imagen del interior de la Línea 1 de metro de Budapest</p>
Es un tema fascinante, ¿verdad? Aquí te resuelvo algunas de las dudas más comunes que suelen surgir cuando contamos esta historia.
¡Así es! Es una normativa urbanística muy estricta. Aunque se están construyendo rascacielos modernos en las afueras, en el centro histórico de Budapest, el Parlamento y la Basílica de San Esteban seguirán siendo los reyes del cielo. Es una forma de proteger la silueta clásica de la ciudad y el potente simbolismo de estos dos edificios.
¡Sí, y te lo recomiendo totalmente! Subir a ambas cúpulas es una de las mejores cosas que ver en Budapest. Desde lo alto del Parlamento tienes una visita guiada increíble, y desde la Basílica de San Esteban puedes acceder a su terraza panorámica para disfrutar de una vista de 360 grados de la ciudad. Lo mejor es que, al estar a la misma altura, puedes apreciar perfectamente ese equilibrio simbólico del que hemos hablado.
Dentro de la Basílica, la estatua principal en el altar mayor representa a San Esteban, el primer rey de Hungría. Es una figura fundamental, considerado el fundador del estado húngaro cristiano. Su coronación marcó el inicio del reino de Hungría como una potencia europea en la Edad Media. La estatua es un homenaje a su legado.
El número 96 es solo una de las muchísimas historias que se esconden en las calles de Budapest. Esta ciudad es un libro abierto lleno de leyendas, anécdotas y curiosidades que la hacen única.
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