Si los puentes de Budapest fueran una familia, el Puente de las Cadenas sería el abuelo aristocrático y el Puente Árpád (Árpád híd) sería el hermano mayor trabajador y robusto. A menudo pasado por alto por el turista que se centra solo en el centro histórico, este puente es, sin embargo, una de las estructuras más vitales de la capital húngara.
Conectar el norte de Buda (Óbuda) con el norte de Pest no es tarea fácil, y hacerlo cruzando la punta de la Isla Margarita requiere una ingeniería excepcional. En este artículo, vamos a descubrir los secretos del Árpád Bridge, desde su turbulenta construcción interrumpida por la Segunda Guerra Mundial hasta su papel actual como la arteria más transitada de la ciudad. Prepárate para conocer al icónico gigante del norte.
El Puente Árpád no es solo una vía de paso; es una declaración de intenciones. Durante mucho tiempo ostentó el título de puente más largo de Hungría (hasta la llegada del periférico Puente Megyeri). Su estructura masiva de vigas de acero domina el paisaje del norte del río Danubio, facilitando el cruce diario de miles de vehículos, tranvías y peatones.
Situado al norte de la capital, este puente es fundamental para entender el desarrollo moderno de Budapest. No solo sirve para conectar los distritos residenciales y de oficinas de Óbuda y Angyalföld, sino que es la puerta de entrada trasera (y a menudo más tranquila) al oasis verde de la ciudad: el norte de la Isla Margarita.
Una imagen del puente Árpád de Budapest
La historia del Árpád híd es un reflejo de los tiempos convulsos que vivió Hungría en el siglo XX. La necesidad de un nuevo cruce al norte era evidente ya en los años 30 debido al crecimiento de la ciudad.
La construcción comenzó en 1939 bajo la dirección del ingeniero János Kossalka. El plan era ambicioso: crear un puente moderno que aliviara el tráfico del Puente Margarita. Sin embargo, la historia tenía otros planes. El estallido de la Segunda Guerra Mundial retrasó y finalmente paralizó las obras en 1943. Durante años, solo quedaron los pilares en el agua como testigos mudos del conflicto.
Tras la guerra, con el país bajo la influencia soviética, se retomaron las obras, pero con un diseño simplificado por razones económicas. Finalmente, el 7 de noviembre de 1950, el puente fue inaugurado.
Aquí viene una curiosidad histórica importante: aunque hoy lo conocemos por el nombre de Árpád (el Gran Príncipe que lideró a las tribus magiares a la Cuenca de los Cárpatos), en su inauguración en 1950, el régimen comunista lo bautizó como Puente Stalin. No fue hasta 1958 cuando recuperó su nombre original y legítimo: Puente Árpád.
<img src="https://cdn.prod.website-files.com/673a573180570e7cba7c7f1f/6937d69a3cb5365a71a0d3fa_puente-arpad-stalin-foto-antigua-budapest.webp" class="blogbodyimage" alt="Una imagen antigua del puente Stalin en Budapest"><p style="margin:auto; text-align:center;">Una imagen antigua del puente Stalin en Budapest</p>
El puente original de 1950 pronto se quedó pequeño para el creciente tráfico de la ciudad. Entre 1980 y 1984, el puente experimentó una transformación radical. Se ensanchó considerablemente, añadiendo dos nuevos puentes paralelos a la estructura original. Esto permitió extender su capacidad a seis carriles para coches, dos vías de tranvía y aceras anchas para el peatón y la bicicleta.
El Árpád Bridge impresiona por sus números y su funcionalidad. Es una estructura pragmática, lejos del ornamento barroco del Puente de las Cadenas, pero con una belleza industrial propia.
Con 928 metros de largo (casi un kilómetro), conecta las dos orillas abarcando un ancho considerable del Danubio y pasando sobre la punta de las islas. La estructura principal se basa en vigas de acero remachadas y soldadas, diseñadas para soportar cargas pesadas.
Su perfil bajo y extenso lo hace menos visible desde lejos que el Puente de la Libertad o el Petőfi, pero al cruzar por él, se aprecia la magnitud de la obra. Es una pieza clave del sistema de transporte de budapest.
El Puente Árpád une dos mundos muy diferentes y ofrece acceso a un tercero.
En la orilla occidental, el puente desemboca en el corazón de Óbuda (Distrito III), la zona histórica romana y residencial. Conecta con la plaza Szentlélek tér, donde se encuentra la estación de tren de cercanías HÉV y el acceso al Museo Vasarely. Es la vía rápida para llegar a las colinas o hacia el norte del país.
En la orilla oriental, el puente conecta con la vital Váci út y el inicio del gran bulevar Hungária körút. Es una zona de modernos edificios de oficinas, la estación de autobuses de larga distancia y la línea de metro M3 (estación Árpád híd, ahora llamada Göncz Árpád városközpont).
Uno de los mayores atractivos del puente es que tiene una bajada directa al extremo norte de la isla Margarita.
<img src="https://cdn.prod.website-files.com/673a573180570e7cba7c7f1f/6937d69a82486006681e4fc1_puente-arpad-isla-margarita-budapest.webp" class="blogbodyimage" alt="El puente Árpád visto desde el aire y su acceso a la Isla Margarita"><p style="margin:auto; text-align:center;">El puente Árpád visto desde el aire y su acceso a la Isla Margarita</p>
El puente Árpád es un modelo de multimodalidad. Puedes cruzarlo de casi cualquier forma imaginable.
La línea 1 de tranvía es una de las más importantes de Budapest. Recorre el puente a gran velocidad, ofreciendo unas panorámicas fugaces pero impresionantes del río Danubio y de la ciudad hacia el sur. Es la forma más rápida de ir de Buda a Pest por el norte.
Con sus seis carriles, es una arteria fundamental para el tráfico rodado. Si has alquilado un coche o te mueves en taxi, es probable que uses este puente para evitar el tráfico del centro.
El puente cuenta con amplios carriles bici y aceras para el peatón en ambos lados.
Para entender su lugar en la ciudad, hay que compararlo con sus "hermanos".
El puente lleva el nombre de Árpád, el líder de las siete tribus magiares que condujo a los húngaros a la cuenca de los Cárpatos en el año 896. Es una de las figuras históricas más importantes de Hungría. Aunque durante el estalinismo se le cambió el nombre, la identidad nacional pesó más y recuperó su título original.
¡Totalmente! Es, de hecho, uno de los puentes más seguros para ciclistas en Budapest. Tiene carriles bici separados del tráfico de coches y de los peatones en la mayor parte de su recorrido. Es la ruta preferida para ir a la Isla Margarita en bici desde el norte.
Sí, pero son diferentes a las del centro. Al estar lejos de la curva del Parlamento, no verás los edificios icónicos de cerca. Sin embargo, tienes una vista despejada del Danubio en su tramo más ancho, la extensión verde de la Isla Margarita y las colinas de Buda (incluyendo el monte János) en el horizonte. Es una vista más natural y panorámica.
El Puente Árpád es la demostración de que Budapest es una ciudad viva y en crecimiento, no solo un museo al aire libre. Cruzar este gigante de acero te conecta con la vida real de los locales, con la historia romana de Óbuda y con la paz de la Isla Margarita.
Si quieres conocer más sobre la historia de los puentes, desde el más antiguo hasta el más moderno, y cómo Buda y Pestse convirtieron en una sola ciudad, te esperamos en nuestros recorridos.
Este lugar es solo una de las muchas joyas que hacen de esta ciudad un destino inolvidable. Sigue descubriendo todo lo que ver en Budapest en nuestra guía completa y no te dejes nada por explorar.

¡Hola! Soy Luz María, guía turística oficial en Budapest y fundadora de Donfreetour. Desde hace más de 7 años acompaño a viajeros de todo el mundo a descubrir la historia, el arte y las curiosidades de esta ciudad que me enamoró desde el primer día.








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